jueves, 2 de octubre de 2025

Miércoles, 1 de octubre, clase 5

 

Tema 2. La Península Ibérica durante la Edad Media.

La Edad Media en la Península Ibérica fue significativamente diferente a la del resto del mundo, debido a dos procesos cruciales: la invasión árabe, que llevó a la creación del reino de Al-Ándalus, y la Reconquista, el proceso mediante el cual los cristianos fueron recuperando el territorio perdido. Estos eventos fueron decisivos para la historia de España, ya que propiciaron una mezcla de culturas que se convirtió en una de sus principales señas de identidad.

1.  
La invasión musulmana y el reino de Al-Ándalus.

A lo largo de este punto, analizaremos las distintas fases por las que atravesó la Península Ibérica durante los casi ochocientos años de presencia musulmana. Se observarán períodos de expansión y períodos de retroceso, y es importante tener en cuenta que estas etapas ocurrieron de manera paralela a la evolución de los reinos cristianos en el norte.

1.1.  

Conquista y emirato dependiente (711-756).


¿Qué es el emirato dependiente 711 756?

La llegada de los musulmanes a la Península Ibérica fue resultado, por un lado, de la crisis interna de la monarquía visigoda, y por otro, del movimiento expansivo del Islam iniciado en el año 634.

En el año 711, durante el califato Omeya, tropas compuestas por árabes y bereberes, lideradas por Tarik – lugarteniente de Muza– y apoyadas por el gobernador visigodo de Ceuta, el Conde Don Julián, cruzaron el estrecho de Gibraltar. Estos aliados de los enemigos de Don Rodrigo, último rey visigodo, derrotaron al monarca en la batalla de Guadalete, lo que provocó el colapso de la debilitada monarquía visigoda tras su muerte. Esto facilitó una rápida ocupación de la Península, prácticamente sin resistencia, ya que los musulmanes contaron con el apoyo de los visigodos descontentos y la pasividad de la población hispanorromana.

Los musulmanes se mostraron tolerantes hacia los cristianos y judíos, a quienes respetaban como "gentes del libro", según el Corán.

El rápido avance musulmán fue detenido en las montañas cántabras durante la batalla de Covadonga (722). Aunque no fue de gran importancia para los musulmanes, tuvo un enorme significado para los cristianos, pues aseguró la independencia del pequeño núcleo de Asturias.



El territorio peninsular conquistado se incorporó al imperio árabe de los omeyas de Damasco, constituyendo un emirato dependiente del califa de Damasco, con Córdoba como su capital.

1.2.  

Emirato independiente (756-929).


¿Qué fue el Emirato independiente (756-929)?

Abderramán I, joven príncipe de la familia Omeya, logró escapar de la matanza de toda su familia a manos del fundador del califato abasí. Refugiado en Al-Ándalus, supo aprovechar la sublevación de los bereberes, descontentos con el reparto de tierras hecho por los árabes, y se puso al frente de ellos. Con su liderazgo, derrotó al gobernador de Al-Ándalus y se hizo con el poder.

Como consecuencia de su éxito, Abderramán I proclamó el emirato independiente de Al-Ándalus, desvinculándose políticamente del califa abasí de Bagdad, aunque mantuvo el respeto a su autoridad religiosa. Sin embargo, sus sucesores enfrentaron diversos problemas internos, lo que llevó al abandono de los territorios situados al norte del río Duero, ya que resultaba difícil mantener su control. Fue en este contexto que los cristianos del norte comenzaron un lento avance hacia el sur, proceso que se conoció como la Reconquista, obligando a los musulmanes a retroceder gradualmente hacia el sur de la península.




1.3.

¿Qué fue el Califato de Córdoba (929-1.031)?

Al llegar al emirato, Abderramán III tuvo que enfrentar tanto los graves problemas internos como los conflictos externos provenientes del norte de África. Una vez superados estos desafíos y pacificado su territorio, se proclamó califa o jefe de los creyentes, rompiendo con la autoridad religiosa del califa de Bagdad. Así, en el año 929 se inició el Califato de Córdoba.

El establecimiento definitivo de Abderramán III como califa implicó una importante reorganización del ejército. Para consolidar su autoridad y mantener el control sobre su territorio, fomentó el comercio y estimuló la cultura y el arte. Construyó la majestuosa ciudad de Medina Azahara en las afueras de Córdoba, como residencia personal. Durante su gobierno, Córdoba se convirtió en la principal ciudad de Occidente.

Tras la muerte de Abderramán III, el califato entró en una profunda crisis. Sus sucesores, Al Haken II y Hisham II, lograron mantenerlo a pesar de enfrentar serias dificultades.

Al final de este período, surgió la figura de Almanzor (conocido como "el victorioso por Dios"), un poderoso caudillo militar que ejerció el poder en nombre del califa Hisham II. Almanzor recuperó gran parte del prestigio perdido a través de sus incursiones en territorio cristiano, conocidas como razias. Sin embargo, tras su muerte en el año 1002 en la batalla de Catalañazor, donde fue gravemente herido, el califato de Córdoba pronto comenzó a desintegrarse.




1.4.  

Los reinos de Taifas (1031-1090).


¿Qué fueron los einos de Taifas (1031-1090)?

Aprovechando la debilidad del califato, varios territorios comenzaron a independizarse.

En 1031, una rebelión en Córdoba depuso al último califa, Hisham III, lo que supuso la desaparición de la unidad de Al-Ándalus. Una asamblea de notables declaró extinguido el califato de Córdoba, que se fragmentó en numerosos reinos independientes o taifas.

La aparición de estos reinos de taifas y las constantes disputas entre ellos redujeron su número inicial, ya que los reinos más pequeños fueron absorbidos por los más grandes.

El surgimiento de las taifas favoreció la superioridad militar de los reinos cristianos, cuya supervivencia a menudo dependía del pago de parias (impuestos) por parte de los reinos musulmanes. A pesar de su debilidad política, las taifas siguieron siendo territorios ricos y prósperos, lo que impidió una crisis económica significativa.


















1.5.  

La unificación almorávide (1090-1145).


¿Qué fue la unificación almorávide (1090-1145)?

Con la conquista cristiana de Toledo en 1085 por Alfonso VI, uno de los principales enclaves estratégicos, los reyes de Sevilla, Granada y Badajoz solicitaron el apoyo de los almorávides, musulmanes ultraortodoxos que habían establecido un gran imperio en el norte de África.

La llegada de los almorávides a la Península Ibérica supuso la anexión de los reinos de taifas a su imperio. Sin embargo, la unificación de Al-Ándalus que se buscaba no llegó a consolidarse, ya que su dominio fue breve debido a la pérdida de territorios como el reino de Zaragoza y a su incapacidad para recuperar Toledo.

El fanatismo religioso de los almorávides generó descontento entre cristianos, judíos y algunos sectores de la población musulmana. Este descontento provocó la descomposición de su poder, lo que dio lugar a la aparición de los segundos reinos de taifas.



1.6.  

La unificación almohade (1147-1232).


¿Qué fue la unificación almohade (1147-1232)?

Los almohades fueron los protagonistas de un segundo intento de unificación de las taifas en Al-Ándalus.

Desde el nuevo imperio que habían constituido en el norte de África, lograron incorporar, aunque con ciertas dificultades, los reinos de taifas post-almorávides a sus dominios.

El momento de mayor esplendor de los almohades llegó con una gran victoria sobre Alfonso VIII en la batalla de Alarcos (1195), que puso en serio peligro la ciudad de Toledo.

Sin embargo, la reacción conjunta de los reinos cristianos, liderados por Alfonso VIII y con sus fuerzas unificadas, permitió la decisiva derrota de las tropas almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), lo que marcó el inicio de su declive y dio un nuevo impulso a la Reconquista cristiana.


1.7.  

El reino nazarí de Granada (1232-1492).


¿Qué fue el reino nazarí de Granada (1232-1492)?

Fundado por Muhammad I, quien se rebeló contra los almohades en 1232 y se proclamó sultán en Arjona, entrando en Granada en 1237.

El Reino de Granada abarcaba un territorio significativo en el sur de la Península, incluyendo las actuales Málaga, Granada y Almería. Durante sus dos siglos y medio de existencia, estuvo constantemente debilitado por disputas internas y por la presión exterior de Castilla.

Los Reyes Católicos iniciaron la guerra de conquista del último reino musulmán, un conflicto que duró diez años y culminó con la incorporación definitiva del Reino de Granada en 1492, lo que marcó el final de la Reconquista.







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